El consumidor desconfía aún de Internet para sus compras

Usamos Internet para un sinfín de funciones: consulta, intercambio de información, publicidad... Parece que no podemos pasar sin este medio. Cada día millones de usuarios se conectan a la red en todo el mundo, tanto para realizar tareas laborales, como personales o de entretenimiento. Sin embargo, aunque Internet tiene ganadas muchas batallas, no termina de vencer en la guerra, y es que hay algo que todavía se le resiste: las compras on-line.

La confianza en la seguridad y en las garantías de las compras por Internet se ha estancado, después de varios años de aumento progresivo, según una encuesta general sobre consumo de la Fundación Eroski, presentada recientemente, que también revela la credibilidad que otorgan los españoles a los dependientes de toda la vida, y la desconfianza que producen los alimentos precocinados.

Al pedirse a los consumidores que valoren del 0 al 10 si Internet es un medio seguro para comprar, le conceden un 4,7 de media, similar al 4,6 de 2005, el último año en que se realizó el denominado Barómetro de Consumo, en el que colaboró el Instituto de Empresa. Algo parecido ocurre cuando se les pregunta si creen que los derechos del consumidor están garantizados en ese medio.

Las cifras habían subido paulatinamente desde 2001, año en que se empezó a realizar la encuesta. «Las empresas deberían preguntarse qué están haciendo mal», señaló en la rueda de prensa Ricardo Oleaga, director de productos informativos de la fundación Eroski.

Además, el portavoz de la organización de consumidores Facua, Rubén Sánchez, considera que el principal problema de Internet es la forma de pago. «Se hace por adelantado, y el comprador desconfía de que le llegue el producto en buenas condiciones si no conoce al vendedor». Por eso sugiere que el cargo a la tarjeta de crédito se ejecute después de recibido el producto, o «mejor todavía, el pago contra reembolso».

Otro aspecto que, a su juicio, no tienen claro los consumidores es en que Internet, como en toda la compra a distancia, tienen derecho a devolver el producto en los siete días posteriores a la operación. «Otra cosa es la confianza en que la devolución, efectivamente, se produzca», aclara Sánchez, que también subraya la «desprotección» de los usuarios y la «escasa coordinación» de las autoridades de consumo en lo relativo a las compraventas internacionales.

Reclamaciones

Uno de cada cinco españoles hizo una reclamación el año pasado, un porcentaje que calificó de escaso Oleaga, que lo atribuyó a que: «solo una de cada tres respuestas deja satisfecho al cliente», un dato que nunca ha llegado al 45% en los seis años de historia de la encuesta, que esta vez ha constado de 3.218 entrevistas a mayores de 14 años.

Los fabricantes son los que menos confianza generan a la hora de informarse, al igual que la administración pública, según la encuesta.

Los consumidores se fían «sobre todo de sí mismos, de sus conocidos, y de los dependientes de las tiendas», según Oleaga. En concreto, la credibilidad de estos últimos ha crecido desde 2001 de un 6,0 a un 6,6.

Los encuestados también han dado su opinión sobre los distintos grupos de alimentos: los frescos reciben las mejores calificaciones, de notable; mientras que los transgénicos y los platos precocinados suspenden, a pesar de que estos últimos «se consumen bastante», comentó Oleaga. Además, son los productos que la gente relaciona más con problemas sanitarios, después de los huevos y la mayonesa.

En cambio, confían en los alimentos ecológicos pero no los compran. «No encajan con la vida acelerada que llevamos», explica Rubén Sánchez.