El poder emotivo del storytelling: contar historias para “humanizar” tu marca

Si algo dominan bien las marcas más poderosas, entre tantas claves para llegar al éxito, es saber contar historias para acercarse a la audiencia y conectar con los potenciales clientes que hay allá afuera. En otras palabras, han incorporado el storytelling como una parte importante de su negocio.

Por Sandra Madiedo Ruiz

Si todavía no has comenzado a usar algo tan “viejo”, pero a la vez tan de moda, piensa por un momento y podrás encontrar cientos de ejemplos de cómo, tú mismo, has sido atrapado sin percatarte por el gran “relato” de alguna de esas marcas que te rodean. Quizás, en algún momento, un comercial te hizo sonreír e, incluso, te dejó con ganas de comprar el producto que viste en Internet.

El storytelling es una herramienta poderosa porque, bien empleada, te ayuda a crear una narrativa que conecta emocionalmente con el público. Más allá de solo proporcionar información, puedes transmitir los valores, la personalidad y la visión de la empresa mediante historias.

El término está compuesto por las palabras “story”, que significa “historia” o "relato", y “telling”, que significa “contar” o “narrar”. En resumen, es una práctica casi tan antigua como la humanidad misma y, por siglos, ha sido empleada para transmitir conocimientos, valores, y tradiciones en distintas culturas.

De esa fórmula tan sencilla y exitosa, hay muchísimos ejemplos en áreas tan disímiles como la publicidad, el marketing, la educación, la política, el entretenimiento y la comunicación.

Nada mejor que despertar emociones en tus clientes o atraer otros nuevos mediante un relato poderoso, bien estructurado y, a la vez, divertido. Esta puede ser la clave para sobresalir entre tantas marcas que hay compitiendo por ahí.

Está claro que, el objetivo debe ser contar historias relevantes y emocionantes, para tener una conexión más fuerte y auténtica, algo que te llevará al compromiso; a la fidelidad. Te buscarán no solo por lo que ofreces, sino por cómo te perciben, cómo te ven: por aquello que les has contado.

Si piensas que es algo lejano y solo accesible para las compañías gigantescas, te pierdes lo más importante, porque no se trata de ser sofisticado o tener la última tecnología: todo lo que necesitas para un buen storytelling es contar cómo tu marca resuelve los problemas de tus clientes o cómo has superado obstáculos en el camino para llegar hasta dónde estás.

Un claro ejemplo de que los clientes no solo compran productos, sino experiencias, está en el uso excelente del storytelling que hace la marca de ropa deportiva Nike, una fábrica de grandes microrrelatos de alta calidad.

Su mítico “Just do it” es uno de los eslóganes más eficaces que se hayan visto, un referente de la publicidad y un éxito que perdura en el tiempo porque logró “contar” algo que tocó a las personas. Tantos años después, todavía sigue vigente.

Mediante el storytelling puedes difundir tu marca, grabarte en la mente del público y sus recuerdos, transmitir los valores, la personalidad y la visión de tu empresa, proyecto o marca personal. Solo busca un mensaje poderoso, encuentra tu voz, la que te hace distinto y cuenta esa historia que nadie ha compartido todavía.