Fulano de tal, sociedad limitada

Desde hace ya un tiempo, en la posguerra de la crisis de 2008, que dejó devastada y en estado de letargo permanente la economía europea y buena parte de la global, venimos oyendo una retahíla de palabras de nuevo cuño (o acepción) como emprendiduría, desaprender o resiliencia. Todas ellas se hacen eco de virtudes necesarias para sobrevivir en tiempos difíciles y con un futuro incierto, más incierto que nunca por la dificultad de prever lo que va a ocurrir en un entorno cambiante a ritmo frenético. En esta situación nace el concepto de marca personal.

La marca personal podemos definirla con la célebre máxima de Jeff Bezos: “La marca personal es lo que dicen de ti cuando no estás en la sala”.

Lo que tiene que quedar claro es que la marca personal es lo que la gente percibe de nuestro producto más “personal”: nosotros mismos. Por tanto, existe tanto si nosotros la trabajamos como si no.

En realidad, lo que subyace al trasfondo del concepto es la idea, meridianamente clara sin necesidad del propio concepto, de que la diferenciación del individuo aislado no puede venir por la vía de la educación, ni siquiera de la formación de altísimo nivel, por alta y cara que este sea, sino que debe provenir de las particularidades individuales que la persona-profesional haya podido desarrollar con ventaja respecto a su competencia (los otros profesionales que pugnan por clientes y puestos de trabajo en el mercado de los servicios que se trate en cada caso). Ya que dicha ventaja, entonces, le posiciona exactamente al mismo nivel de quienes hayan cursado la misma formación, lo cual no le permite destacar entre sus semejantes, solo reducir el número de competidores en función de lo difícil o cara que sea dicha formación.

Esto entronca con el concepto de masa social, acuñado en los albores de la sociología por Ortega y Gasset, que intentaba dibujar la figura del que denomina hombre-masa, para definir al ciudadano medio sin criterio propio que sigue los dictámenes de la masa social a la que pertenezca sin preguntarse siquiera por qué lo hace. Esta idea se contrapone con la figura del librepensador.

Podemos observar que la primera consecuencia del pensamiento grupal origen de la cultura de masa social (véase experimento de Ash) es la uniformidad de las personas de la misma clase social.

En este entorno diferenciarse es complicado, y, en efecto, todo el mundo quiere ser “especial”, sin reparar en que si ello fuese así la especialidad sería la norma.

Como conclusión podemos citar el estudio del Instituto Carnegie que señala que la inteligencia emocional y la creatividad es fuente del éxito personal y profesional en un 80 %, frente al 20 % que corresponde a cualificaciones técnicas.

Existen multitud de recursos gratuitos online sobre la generación y mantenimiento de la marca personal, entre los que, sin lugar a dudas, el más recomendable es el curso gratuito impartido por el presidente del CEF.-, Arturo de las Heras, Construye Tu Marca, en el que Linkedin ocupa un lugar especial.

Siendo fundamental como es una estrategia integral de marca personal, lo cierto es que luego hay que comunicarla en público, y eso se hace a través de las redes sociales profesionales como Linkedin. Podemos aprender a usar la red, incluso podemos aprender a segmentar por geografía y afinidades a nuestros contactos, pero si no tenemos el arte de la redacción escrita, de poco nos servirá.

La parte más compleja, que no nos enseñan en ningún curso, es la de conquistar a nuestros semejantes con la palabra escrita. Ser capaz de construir mensajes que inspiren a nuestros contactos es la única manera de generar lazos con los fríos perfiles de las redes sociales. Un viejo refrán dice que hay que tener cuidado con el buen escritor, que es capaz de enamorar sin ni siquiera tocar.

El CEF.- es pionero, con su presidente, en guiar a los alumnos en el mundo de la marca personal, y su Curso Monográfico sobre Marca Personal - ConstruyeTuMarca es un referente en el sector, y en el público español en general, tras su divulgación televisiva.

Ricardo Seoane Rayo
Abogado, asesor de compliance, estrategia e innovación